Por si las cápsulas de ginkgo biloba fallan y ese alemán puñetero me borra los recuerdos del disco duro en el futuro, cada vez más cercano, por cierto, quiero dejar por escrito uno de los más entrañables para mí:
Hará un " puñao" de años, de esos que pasan en un plis-plas, casi sin darnos cuenta; iba con mi hija de la mano, cuando exclamó mirando al cielo de un claro día primaveral: "Mamá, un avión de ralla!!!!!". Intrigada sin saber a qué se refería alcé los ojos y vi la blanca estela que dejaba un avión en el nítido azul, me hizo gracia la descripción tan simple, como cierta, que había hecho mi niña ante la primera vez que observaba tal fenómeno, y quedó grabado en mi memoria.
Hará un " puñao" de años, de esos que pasan en un plis-plas, casi sin darnos cuenta; iba con mi hija de la mano, cuando exclamó mirando al cielo de un claro día primaveral: "Mamá, un avión de ralla!!!!!". Intrigada sin saber a qué se refería alcé los ojos y vi la blanca estela que dejaba un avión en el nítido azul, me hizo gracia la descripción tan simple, como cierta, que había hecho mi niña ante la primera vez que observaba tal fenómeno, y quedó grabado en mi memoria.
A menudo me gusta mirar el cielo, el espectáculo de sus nubes y las tonalidades cambiantes que durante el día se suceden hasta la puesta de Sol, dejando, posteriormente paso, al magnífico cielo nocturno y misterioso.
Cada vez que veo sus blancas y esponjosas estelas ( que es muy a menudo ) me invade una sensación de serena felicidad y ternura, al recordar su mano cogida a la mía y lo unidas que estamos desde siempre, atadas la una a la otra, ( como le gusta decir a ella ) con unos lazos rojos de preciosa seda vietnamita .
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